Bodø, la ciudad del frío aventurero

Al poner rumbo a un destino como Bodø, la pregunta más pertinente es «¿cuándo es el mejor momento para visitarla?». La respuesta, por supuesto, no es tan sencilla como parece. Gracias a su ubicación en el extremo norte, Bodø está rodeada de montañas cubiertas de hielo y profundos fiordos, lo que la convierte en un lugar impresionante en cualquier época del año. Aunque la mejor época para visitar Bodø es de finales de abril a agosto, cuando las temperaturas oscilan entre los 10 y los 20 grados centígrados, lo que permite disfrutar de la hermosa ciudad y del campo que la rodea. En esta época del año, el sol nunca se pone del todo; de hecho, sólo se oculta bajo el horizonte unas horas cada noche, lo que permite disfrutar de 22 horas de luz al día.

Durante los últimos meses del año, el frío y la nieve reinan durante los largos inviernos, con escasas horas de luz solar. Pero las auroras boreales, aportan un espectáculo mágico de luces del norte que danzan en los cielos despejados durante las noches, creando una ceremonia visual y mágica inolvidable.

Aunque Bodø es una ciudad relativamente pequeña, con una población de poco más de 50.000 habitantes, está absolutamente llena de cosas que ver y hacer. Los visitantes pueden empezar explorando los impresionantes paisajes alrededores de la ciudad, que incluyen 14 hermosas islas a las que se puede acceder fácilmente en barco. Muchas de estas islas ofrecen senderismo, ciclismo y observación de aves, así como algunas de las mejores playas de la zona.

A seis millas marinas de la ciudad, se localiza un puerto del mar de Noruega –tan septentrional– que se engloba en el círculo polar ártico. Ahí es posible, contratar los servicios para realizar un safari marino innolvidable.

Para los que buscan aventura, hay una serie de actividades diferentes para acelerar el corazón, como surf en el océano Ártico, parapente y escalada en roca. Para vivir una experiencia aún más única, los visitantes pueden subirse a un vuelo con un piloto local para contemplar los impresionantes fiordos y montañas desde el cielo. Bodø alberga también numerosos lugares históricos, como iglesias del siglo XIV y antiguos yacimientos de la Edad de Hierro, y la ciudad es también sede del Museo Noruego de Aviación, que exhibe aviones de distintas épocas.

Aunque Bodø es una ciudad relativamente pequeña, con una población de poco más de 50.000 habitantes, está absolutamente llena de cosas que ver y hacer. Los visitantes pueden empezar explorando los impresionantes paisajes alrededores de la ciudad, que incluyen 14 hermosas islas a las que se puede acceder fácilmente en barco. Muchas de estas islas ofrecen senderismo, ciclismo y observación de aves, así como algunas de las mejores playas de la zona.

A seis millas marinas de la ciudad, se localiza un puerto del mar de Noruega –tan septentrional– que se engloba en el círculo polar ártico. Ahí es posible, contratar los servicios para realizar un safari marino innolvidable.

Para los que buscan aventura, hay una serie de actividades diferentes para acelerar el corazón, como surf en el océano Ártico, parapente y escalada en roca. Para vivir una experiencia aún más única, los visitantes pueden subirse a un vuelo con un piloto local para contemplar los impresionantes fiordos y montañas desde el cielo. Bodø alberga también numerosos lugares históricos, como iglesias del siglo XIV y antiguos yacimientos de la Edad de Hierro, y la ciudad es también sede del Museo Noruego de Aviación, que exhibe aviones de distintas épocas.

Ninguna visita a Bodø estaría completa sin probar la singular cocina local. En Bodø abunda el marisco fresco, debido a su ubicación en la costa, por lo que entre los platos más comunes están el marisco, el salmón ahumado y el fletán; desde luego, existen propuestas atractivas exóticas (ahí está, por ejemplo, el OHMA, con su cocina asiática) para esos lares. Por supuesto, no es raro encontrar platos marinados en cerveza ámbar local como guiño al clima frío, en un buen pub. Y no olvidemos la famosa pastelería nórdica, acompañada de un rico chocolate o una buena champaña.

Si quieres ir de compras, Bodø tiene mucho que ofrecer. En sus seis centros comerciales, los visitantes pueden encontrar de todo, desde ropa de diseñadores locales hasta librerías independientes y joyerías. Elvegaten, una calle artística llena de tiendas donde se especial en realizar productos muy atractivos con productos locales, y es una calle muy visitada tanto por lugareños como por turistas.

Como en cualquier destino, el lugar adecuado para alojarse puede hacer que un viaje sea un éxito o un fracaso. Para aprovechar al máximo tu viaje a Bodø, busca alojamiento en el centro de la ciudad. Allí encontrarás acogedoras pensiones y hoteles boutique que proporcionan una gran experiencia. Los que busquen algo un poco más lujoso pueden probar el Radisson Blu, que es el hotel más elegante de Bodø. Los mochileros y viajeros con poco presupuesto pueden encontrar sencillos albergues a lo largo de la costa, desde donde tendrán una gran vista del océano Ártico.

Los turistas pueden llegar a Bodø en avión, tren y barco. Desde Oslo, los viajeros pueden tomar un vuelo corto de 1,5 horas que les dejará en la ciudad. La Bodø también tiene una estación de tren que conecta con el resto de Noruega y Suecia. Por último, durante los meses de verano, los visitantes pueden tomar un barco desde la cercana ciudad de Trondheim. Sea cual sea el método, el viaje de llegada será, sin duda, impresionante, ya que ofrece pintorescas vistas de la campiña noruega.

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